Universidad De Guayaquil

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martes, 10 de marzo de 2015

Población en América
Origen

La población de América tuvo su origen en el aporte de diferentes grupos humanos; al llegar los colonizadores europeos al continente, lo encontraron poblado por los aborígenes, quienes habían alcanzado distintos grados de evolución cultural.

Esta colonización se realizó por dos grandes corrientes:

Cada una de estas grandes corrientes determinó herencias culturales diferentes, formas de relación distintas entre los hombres, procesos históricos y modos de desarrollo característicos.

- La anglosajona, que hoy ocupa parte de América del Norte y comprende a los Estados Unidos de América y Canadá, estaba constituida por grupos de familias procedentes del norte de Europa (ingleses, irlandeses y escoceses), las que no se mezclaban con la población autóctona. Canadá también posee población de origen francés.

- La latina, que hoy se extiende desde México hasta la Argentina, estaba constituida por grupos humanos provenientes del sur de Europa (españoles y portugueses), que se mezclaron con la población autóctona.

Desde el siglo XVI al XVIII, portugueses españoles e ingleses trasladaron al territorio americano, por la fuerza, un gran número de personas de origen africano que sirvieron de esclavos y contribuyeron a enriquecer la variedad de la población americana.

Por último, a fines del siglo XIX y a principios del XX, llegaron, provenientes de Europa, millones de inmigrantes de muchos puntos de Europa y se distribuyeron a todo lo largo y ancho del continente.

¿Cuantos somos y como estamos distribuidos?

Los datos sobre población indican que, hacia 1996, en el continente americano vivían aproximadamente 783 millones de personas; esta cifra representa casi el 14 % de la población mundial.

La mayoría de estas personas (484 millones) vive en países de América latina. En los Estados Unidos y Canadá (países de América anglosajona) vive el resto.

Si consideramos la cantidad de habitantes que tiene cada país americano, vemos grandes diferencias. Como podemos observar en el cuadro siguiente, más de la mitad de la población latinoamericana vive solo en cuatro países: Brasil, México, Colombia y la Argentina. Pero si comparamos los países solo por la cantidad de habitantes obtenemos una información un poco engañosa, ya que sus territorios tienen superficies muy diferentes.

La distribución de la población

Los mapas de densidad de población que se ven a continuación nos permiten analizar cómo se distribuye la población en el continente americano, es decir cuáles son las áreas más pobladas y cuales las menos pobladas.

En América del Norte, la mayor densidad de población se encuentra en el noreste de los Estados Unidos, entre los Grandes Lagos y el océano Atlántico. Allí están ubicadas varias de las ciudades americanas más grandes, como Nueva York, Chicago o Filadelfia. Esta es el área de poblamiento más antiguo, donde se establecieron las primeras colonias inglesas a partir de las cuales se formaron Estados Unidos.

Hacia el oeste la densidad disminuye hasta la costa del Pacífico, donde se encuentra otra zona de alta densidad poblacional en California, que coincide con las ciudades de San Francisco y Los Ángeles. En el resto del territorio de los Estados Unidos, y más aún en el de Canadá, las densidades de población son bajas.

Si observamos ahora el mapa de América del Sur, vemos que, en general, la población se concentra próxima a las costas, en particular en las Áreas costeras del océano Atlántico.
También aquí, la presencia de grandes ciudades es una característica distintiva; desde el noreste de Brasil y hacia el sur, pueden reconocerse sectores de alta densidad de población, que corresponden a ciudades como Salvador, Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre, Montevideo y Buenos Aires.

Otras áreas de alta densidad de población (pintadas con color marrón) se encuentran en los altiplanos y valles del área andina de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y en el valle Central de Chile, donde se ubica la ciudad de Santiago.

El Predominio de las Ciudades

Si consideramos a la población americana en su totalidad, podemos decir que la mayor parte vive en ciudades: en promedio, tres de cuatro habitantes de América vive en una ciudad. Por esto decimos que su población es predominantemente urbana.

En el continente se encuentran varias de las ciudades más grandes del planeta, como México D. F., San Pablo, Nueva York, o Buenos Aires; todas con más de 10 millones de habitantes. Como podemos ver en el cuadro que sigue hay mucha otras ciudades con varios millones de habitantes.

Esta alta concentración de la población en ciudades obedece a diversas razones; históricamente, la colonización de América se organizó en base a la fundación de ciudades, donde se instalaban las autoridades y desde donde se organizaban las actividades agrícolas o mineras, así como también el comercio. Muchas de esas ciudades fueron luego las capitales de los países que se formaron tras la independencia de las colonias americanas.

Muchas ciudades también son puertos y concentran gran parte de la actividad económica; esta actividad demanda mucha mano de obra, lo que provocó –y aún provoca- el desplazamiento o migración hacia las ciudades de la población que reside en áreas rurales. En América esta migración del campo a la ciudad ha sido uno de los fenómenos más importantes que explican el crecimiento de las grandes ciudades.

Factores que determinan la desigual densidad de población

La gran variedad de climas: los climas extremos, como los de regiones árticas y la existencia de zonas muy cálidas y húmedas, como las selvas, dificultan el establecimiento de poblaciones. En general para establecerse, el hombre prefiere zonas de clima templado, pues ellas favorecen además la explotación de recursos naturales.

La cercanía o lejanía del mar o de un río: la población de las ciudades ubicadas cerca del mar o de un río se ve favorecida por la explotación de los recursos (pesca), por la instalación de puertos para la comunicación con otras regiones y por el consiguiente florecimiento del comercio.

Las formas de relieve: el relieve llano favorece el asentamiento de poblaciones, ya que en las planicies es más fácil construir vías férreas y carreteras. Sin embargo en algunas zonas montañosas abundan los minerales, y su explotación determina el poblamiento del lugar.

En América del Sur hay ejemplos de ciudades construidas a gran altura, como La Paz ( 3.630 m ), Sucre ( 2.835 m ) en Bolivia y Quito (2.850m) en Ecuador.

Poblamiento de America RUTA DEL ATLANTICO

Según la teoría del poblamiento de América por la ruta del Atlántico, existe gran probabilidad de que parte del poblamiento de América, provino desde Europa, por vía del océano Atlántico.
El poblamiento de América (ruta atlántica) es la teoría del origen de los pueblos indígenas americanos desde Europa, antes de la llegada de Cristóbal Colón.

Es controvertida y criticada por historiadores y lingüistas, sin embargo pruebas genéticas de fines del siglo XX, como la presencia del haplogrupo X (ADNmt), puede ser un indicio de migraciones desde Europa de hace unos 13 000 años a. C.
En ese momento ya estaba en curso el poblamiento de América por la ruta del Pacífico. En muchas regiones de América ya existían asentamientos humanos y grupos poblacionales provenientes de Asia y de los que se tienen registros, como la cultura Clovis, la Paccaicasa, la de las cavernas de Tulum, y la Monte Verde I.

Hipótesis solutrense


Algunos autores sostienen la posibilidad de colonización de América por una migración proveniente de Europa, particularmente de Iberia y hace 15.000 años, la cual trajo consigo al haplogrupo X y constituiría una conexión entre la cultura solutrense y la cultura Clovis. Se ha equiparado la industria lítica Clovis con la de la cultura solutrense, basados en el estilo de la fabricación de herramientas, pero no se considera que haya evidencia concluyente. También se ha sugerido que los restos del hombre de Kennewick, de unos 7 500 años de antigüedad y fisonomía similar a los europeos podría estar relacionada con una inmigración europea en las primeras etapas del poblamiento de América. Restos encontrados cerca de la ciudad de México de hace 13.000 años con apariencia caucásica refuerzan esta hipótesis.

La hipótesis solutrense fue propuesta inicialmente en 1998 por Dennis Stanford del Instituto Smithsoniano (EEUU) y Bruce Bradley de la Universidad de Exeter (Inglaterra).



Poblamiento del Continente Americano

Poblamiento de América


El poblamiento de América es el proceso por el cual se diseminó la especie humana en el continente americano. Los científicos no tienen dudas de que los seres humanos no son originarios de América y ésta claro que fue poblada por humanos provenientes de otra parte. La evidencia paleoantropológica apoya la hipótesis de que los humanos llegaron a América procedentes de Siberia, en el extremo noreste de Asia.

Desde el punto de vista de la teoría del poblamiento tardío, los paleoamericanos entraron al continente durante la última glaciación, que permitió el paso hacia el Nuevo Mundo a través de Beringia. Este evento ocurrió entre 14 mil y 13 mil años A. P. Por otro lado, la teoría del poblamiento temprano dice que los humanos llegaron a América mucho antes, basados en el descubrimiento de restos cuyos fechamientos por carbono 14 dan una antigüedad mayor que 14 mil años A. P. A la investigación paleoantropológica se suma la información producida por la genética, que ha servido para reforzar algunas conjeturas sobre el origen de los americanos.

En general, se considera que la mayor parte de los indígenas americanos son descendientes de un grupo único proveniente del noreste o el oriente de Asia. Los pueblos de habla na-dené son descendientes de una segunda ola migratoria que se estableció en el norte de América, mientras que los esquimales llegaron al continente en el flujo migratorio más reciente. Después de que los paleoamericanos entrasen al continente, el paso de Beringia fue cubierto nuevamente por el mar, de modo que quedaron prácticamente aislados del resto de la humanidad. Salvo la ininterrumpida comunicación entre esquimales y paleoesquimales de Alaska y Siberia y el caso de una breve colonización vikinga en la costa de Canadá y Groenlandia, no hay pruebas contundentes que respalden un contacto transoceánico entre la América precolombina y el resto del mundo.

Después del contacto colombino se plantearon algunas conjeturas para explicar el origen de los indígenas americanos, por ejemplo, mediante el mito de la Atlántida o de las tribus perdidas de Israel. El avance de la investigación científica permitió demostrar que no había relación material entre el origen de los amerindios y esas creencias, por lo que esas antiguas hipótesis quedaron descartadas.


Nuevas teorías, nuevos hallazgos y nuevos estudios




El actual debate sobre la llegada del hombre a América se caracteriza por el apasionamiento que muestran los científicos, la variedad de teorías y subteorías, los resultados contradictorios, la cantidad de estudios y contra estudios y titulares llamativos en los periódicos. Para el público en general se trata de un cuadro de gran confusión.

Teorías Genéticas.

Después del contacto colombino se plantearon algunas conjeturas para explicar el origen de los indígenas americanos, por ejemplo, mediante el mito de la Atlántida o de las tribus perdidas de Israel. El avance de la investigación científica permitió demostrar que no había relación material entre el origen de los amerindios y esas creencias, por lo que esas antiguas hipótesis quedaron descartadas
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  • El actual debate sobre la llegada del hombre a América se caracteriza por el apasionamiento que muestran los científicos, la variedad de teorías y subteorías, los resultados contradictorios, la cantidad de estudios y contra estudios y titulares llamativos en los periódicos. Para el público en general se trata de un cuadro de gran confusión.     
  • Desde la década de 1980, la investigación genética del investigador Goicoche Mendez ha ido ocupando un papel cada vez más destacado en las ciencias sociales y, en particular, en las investigaciones sobre población y ascendencias, disciplina que lleva el nombre de arqueología o antropología genética. Los genetistas utilizan el ADN mitocondrial (ADNmt) para seguir el linaje femenino y el cromosoma Y (ADN-Y) para seguir el linaje masculino.
  •   En 1981, se estableció el mapa del ADN mitocondrial y, en 1990, Douglas C. Wallace determinó que el 96,9% de los indígenas de América estaban agrupados en cuatro haplogrupos mitocondriales (A, B, C, y D), lo que significa una notable homogeneidad genética.
  • En 1994, James Neel y Douglas C. Wallace establecieron un método para calcular la velocidad con que cambia el ADN mitocondrial. Ese método permitió fechar el origen del Homo sapiens, la famosa Eva mitocondrial, entre 100.000 y 200.000 años ad y la salida de África entre 75.000 y 85.000 años atrás. Aplicando este método, Neel y Wallace estimaron en 1994 que el primer grupo humano en ingresar a América lo hizo entre 22.414 y 29.545 años.
  • En 1997, los brasileños Sandro L. Bonatto y Francisco M. Salzano aplicaron el método sobre el haplogrupo A, casi completamente ausente de Siberia, y obtuvieron resultados que van de 33.000 a 43.000 años adP. Estos científicos sostienen que durante miles de años se estableció una gran población en el Puente de Beringia donde se diferenciaron genéticamente, y que es de esa población de la que provienen los primeros migrantes hacia América.
  •   El genetista argentino Néstor Oscar Bianchi analizó la herencia paterna en comunidades indígenas sudamericanas y concluyó que hasta el 90% de los amerindios actuales derivan de un único linaje paterno fundador que denominó DYS199T y que colonizó América desde Asia a través de Beringia hace unos 22.000 años.
  •   Más recientemente, el genetista estadounidense Andrew Merriwether, de la Binghamton University, quien perteneciera al equipo de Wallace, sostuvo que la evidencia genética sugiere que América fue poblada mediante una sola población proveniente de Mongolia, como sostenía Aleš Hrdlička. La razón de esto es que en Siberia los haplogrupos A y B casi no se encuentran presentes, mientras que en Mongolia se encuentran los cuatro principales haplogrupos indoamericanos (A, B, C y D), salvo el X.
  •   Merriwether destaca que los 4 haplogrupos se encuentran presentes en toda América, pero que dentro de ellos pueden localizarse mutaciones genéticas diferentes, según se trate de indígenas de Sudamérica o Norteamérica. Esto sugeriría que, una vez ingresados a América, algunos grupos migraron rápidamente hacia Sudamérica, mientras que otros poblaron Norteamérica y Centroamérica. A su vez, las mutaciones genéticas muestran migraciones entre Sudamérica y el sur de Centroamérica (Panamá y Costa Rica), pero no más allá.
  • En 2006, el equipo de Merriwether se encontraba estudiando si las poblaciones modernas de amerindios eran descendientes de los pueblos antiguos que vivían en esos mismos lugares o se trataba de nuevas migraciones que reemplazaron culturas más antiguas.
  • En 2007, un grupo de genetistas estimó que la salida de Beringia debió producirse siguiendo la ruta costera del Pacífico, en un periodo que inicia hace ~19–18 mil años y termina hace ~16–15 mil años (i.e., hacia el final del último máximo glacial
  •  En 2009, otro equipo de investigadores le dio al poblamiento de América una antigüedad de 15.000 años, basados en cálculos según el reloj mitocondrial aplicado a los linajes mitocondriales.
  •   En 2013 se publicó un estudio donde sus autores defienden que la población nativa americana desciende de ancestros tanto del este asiático como de la zona euroasiática. Se fundamentan en la secuenciación del genoma de un individuo siberiano del paleolítico alto que posee características comunes con la población nativa americana y que habría migrado a través de Asia mezclándose con poblaciones de esta zona y llegando a América por el estrecho de Bering
  •   En 2014, el análisis del ADN mitocondrial del esqueleto de Naia, datado en 12.900 años A.P., encontrado en México, un sistema de cuevas submarinas de Tulum demostró un vínculo genético entre los paleoamericanos y los modernos nativos americanos ya que encontró que Naia tenía el hablogrupo D1, exclusivo de los actuales amerindios, especialmente de América del Sur. Los investigadores consideran que su hallazgo es una prueba de que los primeros pobladores de América llegaron provenientes de Siberia.